En su libro “Enfermos de poder”, el periodista y médico Nelson Castro relata las dolencias que afectaron a una decena de presidentes argentinos, desde Roque Sáenz Peña a Néstor Kirchner. Así, por ejemplo detalla que Sáenz Peña tenía diabetes y una enfermedad secreta, que en los pasillos del poder tenía nombre y apellido: sífilis cuartelera. Murió luego de pedir reiteradas licencias por razones de salud. Carlos Menem se sometió a una cirugía de la carótida en 1993, en pleno mandato presidencial, un hecho que causó un revuelo político e institucional. “Hay personas que sufren el poder más que otras”, asegurá Castro en su trabajo y recuerda la afección que sufrió Fernando de la Rúa: antes de asumir. Tuvo un derrame pleural espontáneo, que se repitió a mediados de 2001. Eso provocó que, durante su breve mandato, siempre se haya puesto en duda su capacidad física para desempeñar la presidencia.
Uno de los casos más recientes fue el de Cristina Fernández de Kirchner. En 2013, en medio de su segundo mandato al frente del Poder Ejecutivo su estado de salud causó preocupación, luego de que se conociera que permaneció varias horas en la Fundación Favaloro efectuándose chequeos. “La Presidenta concurrió a la Fundación Favaloro para realizarse un estudio cardiovascular por una arritmia de estudio, y debido a que presentó un cuadro de cefaleas se solicitó su evaluación neurológica al instituto de Neurociencias de la mencionada fundación que preside Facundo Manes”, indicó en su momento el vocero presidencial Alfredo Scoccimarro. Y agregó: “Una vez realizados los estudios de control correspondientes se arribó al diagnóstico de colección subdural crónica, y se indicó reposo de un mes junto al seguimiento evolutivo estricto”.
A través de una resonancia magnética, los médicos habían encontrado líquido dentro del cerebro de la mandataria, que al no haberse reabsorbido luego del reposo de un mes, volvió necesaria la intervención quirúrgica urgente. Tiempo después, el cirujano Cristian Fuster afirmó que el caso del hematoma cerebral había sido superado exitosamente por la paciente.